miércoles, 31 de octubre de 2012

(DDUI) Capítulo I - Mañanas azules.

Todo era azul oscuro. Había gente alrededor pero era imposible tocarla. Solo había una calle estrecha hasta donde alcanzaba la vista, y más hayá solo azul oscuro.

De repente empezó a sonar una música de fondo.
Mike se despertó. Acostumbraba a poner como alarma por las mañanas música en su móvil, cada día tocaba una diferente, le gustaba pensar que en función de la canción que sonase, así sería su día. Hoy sonaba “Wild World” de Cat Stevens.
“Vaya sueños más raros joder” – pensó Mike – “Es como sí a tu cerebro le gustase jugar contigo enseñándote ciertas cosas y haciéndotelas olvidar a los cinco minutos. Bueno, demasiada rayada para una mañana, ya está bien”.
Se levantó de la cama, fue hacia el baño y se miró en el espejo. Una cara con el pelo medianamente largo, algo pálida y sin barba le devolvió una mirada de indiferencia. “Esto soy yo con 20 años…pues vaya”. Acto seguido se duchó, se vistió y cogió las cosas para ir a la facultad. Le gustaba cuando su pelo quedaba con el peinado que quería al salir de la ducha sin necesidad de peinarse (lo cual nunca hacía), pero hoy no era uno de esos días.
Salió de su portal, enfiló la calle arriba y fue directo a la parada de bus. Mientras caminaba escuchaba las conversaciones de la gente: exámenes, discusiones con sus parejas, problemas para encontrar un trabajo, quedar para salir de fiesta esa noche…Todas las conversaciones eran insustanciales, no llevaban a ningún lugar, y sin embargo eran igualmente necesarias para tener la conciencia tranquila de que había sensación de comunicación con el mundo. A veces solía dar mentalmente su opinión a esos temas intrascendentes aunque nadie le escuchase.
Llegó el bus y Mike subió. Tardaba unos 15 minutos en llegar a la facultad. “Joder, si el tiempo pudiera aprovecharse mejor”. Era curioso ver como la gente valoraba el tiempo en función de lo que tenía que hacer con él, todo interés propio, todo objetivo, y sin embargo, era el tiempo lo único que regía a todos por igual, ricos, pobres, viejos y jóvenes.
El autobús llegó a su destino y Mike bajó.

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