jueves, 1 de noviembre de 2012

(DDUI) Capítulo II - Lunes.

La gente bajaba del autobús, se notaba en sus caras que era lunes, y andaban algo zombificados por el efecto que todavía quedaba en sus cuerpos de las sábanas, y la cafeína todavía no estaba haciendo efecto en ellos. “Joder, hoy no he desayunado, siempre con las putas prisas…” – pensó Mike.

Los saludos entre compañeros eran los propios de esas horas de la mañana, todo protocolo:
- ¿Qué tal?
- Nada, aquí andamos otro día más.

Caminó un poco más y entró por la puerta de la facultad. Un gran letrero carcomido por el paso del tiempo encabezaba la entrada: “Facultad de Medicina”. Llegó a su clase y se sentó. Las primeras filas de clase siempre estaban ocupadas desde temprano por la gente que de verdad se tomaba en serio la carrera. “Es curioso como cada uno enfoca sus prioridades” – pensó.
El en la carrera nunca había destacado en casi nada, se limitaba a ir poco a poco intentando aprobar las asignaturas. Siempre se prometía a sí mismo que cada año que pasaba, el siguiente se lo tomaría más en serio, pero él mismo sabía que se autoengañaba, simplemente era una escusa para que su conciencia no le diera la vara al menos durante un tiempo. A la llegada de la época de exámenes siempre se veía angustiado por la falta de tiempo y por haberlo desperdiciado. “Todo se basa en organizarse joder, si hay tiempo para todo, pero me falta organización”- pensaba. Todo se reducía a estudios de última hora, horarios que nunca cumplía y repasos imposibles de última hora. De momento le servía, y aunque sabía que dentro de poco le lloverían palos se sentía cómodo en su mundo de falsa conformidad. Mike no es que fuera un rebelde de la vida en ese sentido, pero nunca se había tomado en serio casi nada de lo que le ocurría, quizás por eso todo le parecía insustancial “Quien no valora las cosas no aprende de ellas”- solía decirle su abuela. Qué razón tenía.

Al rato llegó Charlie, un amigo de Mike, y se sentó al lado.
- ¿Qué tal Mike?, otra semana aquí chapando ¿eh?
 - Ya ves, qué remedio ¿no?
- Alegra esa cara hombre, esta noche hay fiesta en la discoteca nueva de la calle Lincoln ¿vas a ir o qué?
- ¿Hoy? Pero si es solo lunes.
- ¿Y? jajaja. Anímate va a ir todo el mundo.
- Va, me lo pensaré.

Las clases transcurrieron como otro lunes cualquiera. Llegaba un profesor, ponía su Power Point en el proyector y daba la clase. “Si logro terminar la carrera y me dedico a leer Power Points el resto de mi vida me pego un tiro”- pensó.
La mañana pasó y Mike tomó el bus de vuelta a casa. “Otra mañana más, otra mañana menos”.
Al llegar, fue directo a saquear el frigorífico, “no vuelvo a salir de casa sin desayunar”- sabía que le volvería a pasar pero aún así se lo repetía cada vez, como con todo, con la esperanza de que algún día su idea llegara a cuajar.

“Creo que saldré esta noche”.

Mike quemó el tiempo restante hasta salir por la noche en su cuarto escuchando música, enredando en el ordenador y viendo alguna serie. “Tío aprovecha alguna hora de estas para estudiar un poco” – le decía su conciencia continuamente. Oídos sordos.

Cena, ducha, vestirse y a la calle. Charlie vivía un par de calles más arriba y había quedado con él en un cruce cerca de un parque al lado de su casa.

- Joder, ya creía que no venías.
- Perdona he salido de casa un poco tarde.
- Y bueno, ¿qué, será una buena noche Mike?
- Dentro de poco lo sabremos.

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